Ninguno de nosotros se detiene a pensar que podemos estar involucrados en posibles dificultades legales. No esperamos que los conflictos ocurran, pero estos suceden cuando menos lo imaginamos. Si residimos en la provincia de Viscaya y nos vemos envueltos en problemas, es aconsejable acudir a un abogado Getxo, que podrá ayudarnos a hallar una solución.

Los despachos de abogados en Viscaya tienen una característica que los hace únicos y es que se esfuerzan por mantener una relación cercana con cada uno de los clientes que visitan sus oficinas en busca de ayuda. La experiencia no lo es todo. La disponibilidad y compromiso por llevar a buen término una causa legal son necesarios en esta época en que la frivolidad y el desinterés por el otro marcan la ruta a seguir.

Y es que no está mal que un profesional piense en el dinero que conseguirá por su trabajo, pero esto no debería marcar el interés que ponga a cada caso. Los honorarios que recibirá no pueden fijar una balanza para decidir cuál cliente merece ser tratado con prioridad. La calidad de la atención solo puede estar influenciada por su ética y vocación de servicio.

Esta cualidad no es exclusiva de los profesionales que residen en Getxo, sino de la mayoría de los españoles. Recientemente se tuvo conocimiento de un abogado en Toledo que recomendó a su cliente anular una demanda contra su esposo. El experto consideró que la hostilidad que rodeaba el proceso estaba perjudicando a los hijos de la pareja.

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Pudo haber ganado mucho más dinero si llevaba el caso hasta sus últimas consecuencias, pero prefirió aconsejar lo que era mejor para todo el núcleo familiar.

Los abogados con años de trayectoria saben muy bien cuándo deben conciliar. No se trata de seguir al pie de la letra las exigencias de un cliente cuya razón puede estar enturbiada por la hostilidad. Un profesional responsable no tendrá problemas en decirle a un demandante que el camino que quiere seguir no es el correcto.

Lamentablemente no siempre nos cruzamos con expertos que actúan apegados a sus principios y ética. Hay abogados de gran renombre a los que nos les causa estupor los problemas colaterales que pueda implicar una denuncia o un juicio. No se inclinan por la negociación entre las partes involucradas, sino que buscan imponer sus decisiones pasando por encima de quienes no estén de acuerdo.

No está demás que los abogados experimenten un poco de la empatía que se les exige a los doctores para atender a sus pacientes, porque cuando un cliente se siente escuchado y comprendido puede colaborar en el incómodo y complicado proceso de resolver un asunto de carácter legal.